Besar es un gesto que puede significar muchas cosas, desde amor hasta reconocimiento, y que, generalmente, nos hace sentir bien.
Pero un beso también puede llegar a ser algo muy desagradable si pensamos en el mal aliento, o el agrietamiento labial y las "calenturas" causados por los virus que se pueden transmitir con este gesto (desde los del resfriado común a los de la enfermedad del beso).
Para evitar que se convierta en algo desagradable, es muy importante vigilar la higiene bucal y el cuidado de los labios:
- Utiliza a diario un bálsamo labial o vaselina.
- Usa protector solar sobre los labios cuando salgas al aire libre en días soleados.
- Evita una exposición excesiva al sol.
- Evita lamer los labios en que caso de sequedad, eso hará que se resequen más.
- Evita humedecerte los labios con la lengua, sólo te proporcionará un alivio temporal y los secarás aún más.
- Trata los labios agrietados con un bálsamo labial que contenga cera de abejas o fenol. También puedes usar vaselina.
Esas incómodas boqueras
Las rágades o ragadías que se producen en torno a la boca, popularmente conocidas como "boqueras", están causadas por una infección vírica contagiosa común (herpes simple o HSV-1).
Consisten en grupos de diminutas vesículas que supuran un líquido claro, se secan, y finalmente desaparecen. Estas ampollas son contagiosas hasta que se curan del todo, proceso que habitualmente requiere una semana. Por lo general, el virus se transmite por contacto: de persona a persona, al besarse, al usar el mismo cepillo de dientes o al compartir otros utensilios.
Las rágades desaparecen por sí solas al cabo de una semana aproximadamente. Si notas que van a aparecer (generalmente por una sensación de cosquilleo o irritación), comienza a usar una crema antiviral que contenga aciclovir, inmediatamente. Con ella es posible acortar la duración del ataque, o incluso hacerlo más benigno. También puedes tomar Ibuprofeno para reducir la inflamación y colocar un cubito de hielo sobre la zona afectada para sentir un rápido alivio.
Acude a tu médico si presentas:
- Cualquier síntoma nuevo e inexplicable
- Rágades inusualmente frecuentes, acompañadas de fiebre, dolor de cabeza o muscular.
- Vesículas que contienen pus en vez de un líquido claro.
La mayoría de nosotros nos preocupamos por el mal aliento o halitosis. Entre las principales causas de este problema están:
- Los alimentos muy condimentados, el tabaco y la cafeína.
- La ingesta continuada de grandes cantidades de ciertos alimentos, como el ajo o la cebolla.
- Los problemas digestivos.
- Cualquier afección que induzca un contaminación virica o microbiana, como por ejemplo: catarro y gripe; infecciones de garganta y senos paranasales; o dientes con caries.
- No limpiar adecuadamente los dientes y la boca con el cepillo y el hilo dental.
- Las dietas restrictivas y ayunos muy prolongados. Al no comer regularmente, no se estimula la secreción de saliva, la cual ayuda a mantener la boca limpia y fresca.
Si sospechas que tu dieta es la causa del mal aliento, trata de comer alimentos menos condimentados o sazonados y reduce el consumo de café. Si el problema persiste, plantéate la idea de contratar un seguro dental, para que puedas acudir a un dentista que revise tu boca, o a tu médico para que descarte la existencia de un problema digestivo.
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